En el mundo del deporte, las cifras salariales de los atletas de élite a menudo alcanzan alturas estratosféricas, reflejando no solo su talento y habilidades en el campo, sino también su valor de mercado en términos de publicidad y patrocinios.
Un ejemplo sorprendente de esto es el futbolista brasileño Neymar, quien, jugando para el Al Hilal en Arabia Saudita, se encuentra entre los atletas mejor pagados del mundo en 2024, ocupando el séptimo lugar en la lista de Forbes.
Para poner en perspectiva la magnitud de sus ingresos, consideremos al trabajador promedio en Estados Unidos, que gana el salario mínimo mensual de $1,256.60. Este trabajador necesitaría dedicar una cantidad significativa de años de trabajo ininterrumpido para igualar lo que Neymar gana en un solo día durante la temporada actual. Esta disparidad salarial subraya la enorme brecha económica entre los atletas de élite y la población general.
Según Forbes, se espera que Neymar reciba alrededor de US$ 108 millones este año, con US$ 80 millones provenientes de salarios y los US$ 28 millones restantes de ganancias fuera del campo, como endosos y patrocinios. Estas cifras son asombrosas, especialmente cuando se convierten a la moneda local de cada país.
El deportista mejor pagado del mundo es el futbolista portugués Cristiano Ronaldo, quien juega para el Al Nassr en Arabia Saudita. Se espera que Ronaldo gane US$ 260 millones en 2024, una suma que destaca la influencia y el poder financiero del deporte en la región.
Le sigue el golfista español Jon Rahm, vinculado al LIV Golf, un campeonato patrocinado por Arabia Saudita. Rahm ocupa el segundo lugar en la lista, mientras que el podio lo completa el argentino Lionel Messi, jugador del Inter Miami en Estados Unidos.
La lista completa de atletas y sus ingresos anuales es un testimonio del lucrativo mundo del deporte profesional y su capacidad para generar riqueza significativa para sus estrellas más brillantes. Sin embargo, también plantea preguntas sobre la equidad y la distribución de la riqueza en la sociedad. Mientras que estos atletas ganan sumas que la mayoría de las personas no pueden ni siquiera imaginar, muchos trabajadores luchan por llegar a fin de mes con salarios mínimos.
Esta disparidad es aún más evidente cuando se considera el tiempo que le tomaría a un trabajador promedio ganar lo mismo que estos atletas:
- Cristiano Ronaldo – Jugador del Al Nassr (fútbol): Con un ingreso anual de US$ 260 millones, un trabajador necesitaría 217,4 años de salario mínimo para igualar lo que Ronaldo gana en un mes.
- Jon Rahm – Golfista: Con US$ 218 millones anuales, serían necesarios 182 años de salario mínimo.
- Lionel Messi – Jugador de Inter Miami (fútbol): Con US$ 135 millones anuales, se necesitarían 112,9 años de salario mínimo.
- Lebron James – Jugador de Los Angeles Lakers (baloncesto): Con US$ 128,2 millones anuales, serían 107,2 años de salario mínimo.
- Giannis Antetokounmpo – Jugador de Milwaukee Bucks (baloncesto): Con US$ 111 millones anuales, serían 92,8 años de salario mínimo.
- Kylian Mbappé – Jugador del Paris Saint-Germain (fútbol): Con US$ 110 millones anuales, también serían 92,8 años de salario mínimo.
- Neymar – Jugador del Al Hilal (fútbol): Con US$ 108 millones anuales, serían 90,3 años de salario mínimo.
- Karim Benzema – En su última etapa profesional en el Al Ittihad (fútbol): Con US$ 106 millones anuales, serían 88,6 años de salario mínimo.
- Stephen Curry – Jugador de Golden State Warriors (baloncesto): Con US$ 102 millones anuales, serían 85,3 años de salario mínimo.
- Lamar Jackson – Jugador de los Baltimore Ravens (fútbol americano): Con US$ 100,5 millones anuales, serían 84 años de salario mínimo.
Estas cifras no solo ilustran la realidad de los salarios en el deporte de alto rendimiento, sino que también reflejan las complejidades de nuestra economía global y los desafíos que enfrentamos en términos de desigualdad económica.