La demografía de la riqueza en Estados Unidos está experimentando un notable envejecimiento. En las últimas tres décadas, la edad promedio de los millonarios en el país ha ascendido a un ritmo superior al del promedio de la población.
Un análisis de Business Insider señala que nos encontramos en la era de los ‘millonarios geriátricos’, lo cual podría reflejar desafíos significativos. Entre ellos, la dificultad de los trabajadores jóvenes para generar riqueza con la misma eficacia que generaciones anteriores y una tendencia creciente hacia la dependencia de las herencias como medio para el ascenso económico.
Las recientes tendencias demográficas y económicas están planteando serias interrogantes sobre la viabilidad del ‘sueño americano’, esa emblemática visión de éxito personal logrado a través del esfuerzo y la determinación individual. Según un estudio de Forbes, la composición de su lista de multimillonarios ha cambiado drásticamente: ahora, un tercio de los individuos en su más reciente edición han heredado una parte sustancial, si no la totalidad, de su fortuna. Esto contrasta marcadamente con el panorama de hace dos décadas, cuando en 2001, de los 490 multimillonarios listados, apenas cinco eran reconocidos como herederos de su riqueza.
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Este cambio sugiere una consolidación de la riqueza en manos de unas pocas familias privilegiadas, y una disminución en las oportunidades de acumulación de riqueza a través de medios tradicionales como el trabajo y la innovación. Además, la herencia de estas grandes fortunas suele ocurrir más adelante en la vida, lo que podría implicar una espera prolongada para la siguiente generación antes de poder acceder a dichos recursos.
Más allá de los millonarios cuyo patrimonio neto supera el millón de dólares, existe también un envejecimiento notable entre los estadounidenses que perciben un salario anual de un millón de dólares. Este fenómeno podría tener implicaciones profundas en la economía, ya que podría indicar un estancamiento en la movilidad social y una brecha creciente entre las generaciones en términos de potencial económico y acceso a recursos financieros.
Garrett Watson, un destacado analista de políticas de la Tax Foundation, realizó un estudio meticuloso de los datos financieros y descubrió una tendencia sorprendente: en 2011, aproximadamente 59,500 estadounidenses de 65 años o más reportaron ingresos superiores al millón de dólares; una década después, en 2021, esa cifra se había incrementado de manera significativa, alcanzando a casi 218,500 individuos en el mismo rango de edad con ingresos equivalentes. Este aumento cuasi cuadruplicado refleja no solo una prosperidad creciente entre los adultos mayores, sino también un cambio en la dinámica de la riqueza en la sociedad estadounidense.
El análisis de Business Insider profundiza aún más en la estructura etaria de la riqueza, revelando que el 9.8% de los millonarios tienen entre 35 y 44 años, lo que sugiere que, aunque hay una presencia notable de jóvenes adinerados, la acumulación de riqueza significativa sigue siendo más común en etapas posteriores de la vida. Además, el 19% de los millonarios se encuentran en el grupo de edad de 45 a 54 años, lo que indica que la madurez trae consigo no solo experiencia y sabiduría, sino también, en muchos casos, una mayor estabilidad financiera.
Estos datos son un reflejo de las cambiantes condiciones económicas y demográficas que afectan a Estados Unidos. Con una población que está envejeciendo de manera generalizada, el perfil de los millonarios está evolucionando. Las implicaciones de este cambio son vastas y multifacéticas, afectando desde la planificación de la jubilación y las políticas fiscales hasta las estrategias de inversión y la transferencia intergeneracional de riqueza. En un contexto donde la longevidad y la prosperidad parecen ir de la mano, es esencial comprender cómo estas tendencias influirán en el futuro económico del país y en la definición misma del ‘sueño americano.